Entrevista
Gabriel Siqueira: “Creemos que los combustibles del futuro dependerán de logística local”
El general manager para Latinoamérica de Wärtsilä conversó con Agenda Marítima sobre cómo se ha enfrentado el tema de la descarbonización del transporte marítimo y cuál es el escenario en esta parte del mundo.
Uno de cada tres barcos que navegan por los mares del mundo tiene soluciones desarrolladas por Wärtsilä, cuestión que los convierte en líderes mundiales en el desarrollo de tecnología de generación de energía para la propulsión marítima. Dentro de las soluciones se encuentran proyectos de propulsión y potencia con desarrollos para buques híbridos, manipulación de líquidos y gases en el transporte marítimo, y tecnologías para la optimización de los viajes y flotas con foco en la reducción de emisiones contaminantes, todo en línea con los objetivos de descarbonización de la industria.
“Motores de cuatro tiempos y media rotación, enfocado con combustibles fósil, diésel, combustible pesado, gas natural, pero ahora con todo el tema de descarbonización estamos en la vanguardia del desarrollo de tecnología para que los motores funcionen con otros combustibles menos contaminantes”, explicó el general manager para Latinoamérica de Wärtsilä, Gabriel Siqueira.
En conversación con Agenda Marítima, en el marco de su visita al país para ExpoNaval, repasó los objetivos que se han trazado en este camino hacia la descarbonización, en qué pie se encuentra nuestro continente en esta materia y cómo ha sido la experiencia europea y asiática que va a la vanguardia en este tipo de tecnologías que buscan la reducción de emisiones contaminantes en la industria marítima.
¿Cómo han enfrentado el tema de la descarbonización, uno de los aspectos fundamentales en la industria marítima en la actualidad?
Estamos acercándonos al mercado global, con la idea de que la plataforma de motores, de productos Wärtsilä, sean flexibles para todos los tipos de combustible. Nosotros creemos que los combustibles del futuro dependerán mucho de logística local, producción local, y que no será como el diésel, fácil de acceso para todos, disponible en todos los lugares. Entonces la idea es que los motores sean flexibles para todos los tipos de combustible, pero también convertibles entre los tipos. El motor deja de ser un problema, porque ahí puede funcionar cualquier combustible.
En Europa y Asia, las navieras ya están implementando este tipo de tecnología, pero ¿qué pasa en Latinoamérica?
Si nos remontamos años atrás, en Latinoamérica pasamos de combustible pesado, diésel, a una transición para gas natural, aunque también se desarrolló un enfoque global para desarrollar motores a metanol. En Asia y Europa se desarrolló mucho metanol, en cambio en América hubo desarrollo para el gas natural, pero para metanol.
La producción de metanol es algo que ya está listo hace muchos años. Entonces, mirando eso, y haciendo un paralelo entre etanol y metanol, muy parecido como combustible, nosotros en Brasil empezamos a retroalimentar la fábrica, tenemos que mirar más un tipo de combustible. La OMI está caminando para certificar el etanol como combustible marítimo entonces comenzamos a desarrollar y testar, como pesquisa de desarrollo, que los motores operasen también con etanol.
¿Cuál es el principal tema en Latinoamérica para la implementación de estos desarrollos?
En Latinoamérica es muy poco el desarrollo por temas de gobierno, en cómo enfocar y trazar una estrategia que determine cuáles son los combustibles que serán desarrollados localmente. Por ejemplo, en Chile parece que se mira más en que se puede tener de hidrógeno, metanol que es parte de hidrógeno, pero aún no hay una plataforma definida, se va a desarrollar y producir en larga escala, en otros países de Latinoamérica tampoco, aún muy enfocado en combustibles fósiles y poco desarrollo. En ese sentido estamos más atrasados que Europa o Brasil.
¿Diferente al caso de países europeos como Noruega?
Claro. En Noruega, por ejemplo, hay un esfuerzo muy grande, una inversión muy alta en desarrollo de amoníaco, pero en otras partes del mundo no están tan dedicados a eso. Ahí no tenemos una apuesta de cuál será la base de los combustibles, estamos intentando paso a paso entender que están haciendo los gobiernos en cada país para que tengamos un producto que soporte al mercado, que soporte a los clientes en esas transiciones.
En Brasil ya hay, hace mucho tiempo, etanol y biocombustibles como el biodiesel, están ahí, se están produciendo en gran escala. ¿Qué hacemos nosotros? Tomamos eso, testamos y soportamos a los clientes para que hagan la transición. Así que cuando esté definido para el resto de Latinoamérica, para cada país, para cada cliente, podrán escoger el combustible que esté disponible y ahí estaremos listos para entregar soporte.