El trasfondo del apoyo de Donald Trump a los estibadores y su crítica a la automatización

Harold Daggett, presidente de ILA, y el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.

Hace unos días el presidente electo de Estados Unidos criticó la automatización de los puertos norteamericanos y entregó su total apoyo a las demandas de los estibadores agrupados en la ILA.

"Abriría la puerta a la automatización y destruiría a los trabajadores portuarios de ILA". Con estas palabras el líder de la Asociación Internacional de Estibadores, Harold Daggett, expresó hace unos días los intentos de su empleador de sumar a la automatización en la propuesta actual de contrato maestro entre la ILA y la USMX.

Los estibadores norteamericanos recibieron el apoyo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Quien manifestó públicamente su apoyo a los trabajadores y de paso criticó duramente el proceso de automatización que busca implementar la United States Maritime Alliance. “Sé casi todo lo que hay que saber al respecto. La cantidad de dinero que se ahorra no se acerca en nada a la angustia, el dolor y el perjuicio que causa a los trabajadores estadounidenses, en este caso, a nuestros estibadores”, dijo el mandatario electo.

Para el analista internacional Guillermo Holzmann, “Donald Trump tiene una definición preestablecida respecto a dos cosas importantes. La primera, en torno a que la automatización, si bien es cierto, aparece como una oportunidad, esa oportunidad no puede estar por sobre el trabajo de los trabajadores estadounidenses, en este caso los estibadores. Plantea que el tema va a depender no solamente de lo que puede hacer una mayor eficiencia, lo que señala es que la automatización en los puertos va en beneficio de quienes aprovechan del mercado estadounidense para la venta de sus diversos productos que ingresan por vía marítima y que al automatizar aumenta las ganancias de estas empresas”.

En este sentido, lo que interesa a Trump, de acuerdo a la propuesta programática con la que fue electo, es mantener el trabajo de los estadounidenses. “Lo que él visualiza es que la eficiencia en los puertos, con trabajo humano, es suficiente para poder mantener el flujo de mercancías y la operación eficiente al interior de los puertos. Se niega a dar mayores facilidades a los importadores o las empresas que utilizan los puertos para vender sus productos”, explicó Holzmann.

Según Juan Ortiz, economista senior del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales, “el candidato republicano logro el triunfo en las elecciones presidenciales en Estados Unidos en parte, por el fuerte apoyo de trabajadores sin estudios superiores, junto con diversos sindicatos. Así, la respuesta política por parte del presidente Trump en apoyo a los estibadores es consistente con su plataforma política”.

El economista de la UDP señaló que “hay que considerar que, durante octubre de este año, después de varios días de huelga de los estibadores en la costa Este de los Estados Unidos y el Golfo de México, lograron un acuerdo transitorio hasta enero de 2025. El acuerdo consideró el alza de sueldos y nuevas negociaciones desde enero del próximo año respecto a la creciente automatización de labores portuarias”.

El nuevo esquema de aranceles en la mira de Trump

El trasfondo de esto es que Trump está manifestando el esquema de negociación con el cual va a comenzar su gobierno en términos de tener la vista fija en los temas de aranceles para cuidar el mercado estadounidense, particularmente la plataforma industrial, y de paso, cuidar a los trabajadores, elemento esencial para la legitimidad de sus primeros años de gobierno. Además, a juicio de Guillermo Holzmann, “logra hacer una alianza con uno de los sindicatos estadounidenses más poderosos en términos de que son los estibadores y el funcionamiento de los puertos con el recurso humano”.

“Este esquema de negociación va a hacer variar la posición de los distintos actores involucrados en el tema de la operación portuaria, y particularmente de los trabajadores asociados, a todos los estibadores, para poder llegar a un planteamiento que probablemente va a tener alguna variación el 15 de enero, una vez que se realice la votación. Desde una perspectiva política, lo que Trump hace es neutralizar cualquier cosa que pueda impedir su puesta en escena desde el 20 de enero en adelante”, sostuvo el analista internacional.

En su opinión, está evitando conflictos innecesarios, generando un paquete de negociación interconectado, interrelacionado o multifactorial donde el tema de los puertos pasa a ser un elemento importante y donde además declara “tener una perspectiva y un conocimiento más allá solamente de la demanda que pueda haber de parte de los estibadores, sino que también tiene el foco respecto a lo que es el eje central de él, que es potenciar la plataforma industrial estadounidense, beneficiar al usuario final y evitar que los costos puedan ser asumidos por los trabajadores en virtud de lo que es el despido”.

La extranjerización de los terminales en Estados Unidos

Por otra parte, el presidente de la Asociación Intermodal de América del Sur, Jorge de Mendonca, aseguró que “la crisis de los estibadores en Estados Unidos tiene por detrás dos cosas de las que no se habla. “La primera es que la marina mercante americana, tal como lo explica John McCown, no se ha dado cuenta que podrá revivir cuando suba el modelo intermodal camión tren a los barcos, el modelo de negocio integrado que desde 1980 se constituyó en la columna vertebral de la economía norteamericana”.

A su juicio, “solo así recuperarán su cabotaje y expandirán nuevamente sus líneas mercantes. La segunda es de lo que, al menos, algunos hablan, es lo que teme Estados Unidos, que las navieras gigantes se queden con los puertos y condicionen aún mucho más a la economía de ese país. Es una cuestión geopolítica en la que la pelea de los sindicatos portuarios por la no automatización es, en realidad, la no extranjerización de las terminales”.

En opinión del presidente de AIMAS, “si Estados Unidos recuperara su marina mercante no sería tal el peso de las tres a cinco grandes navieras. En ese sentido, los norteamericanos parecieran no tener idea de cómo enfrentar la extranjerización portuaria y naviera, pero al menos sí los sindicatos y parece que Donald Trump lo ha interpretado, y muy bien”.