Analistas aseguran que pese a la pausa arancelaria nivel de incertidumbre se mantiene alto

Durante la jornada del jueves el presidente de Estados Unidos anuncio aranceles de 145% contra China, aunque espera iniciar el diálogo con el gigante asiático de quien se declaró “amigo”. La incertidumbre global se mantiene.
La aplicación de aranceles por parte de Estados Unidos a las economías del mundo y su intensa disputa con China marca un punto de disrupción en el sistema internacional que está generando una serie de cambios en las relaciones comerciales y políticas a nivel global. De esta manera, el escenario macroeconómico internacional vive una fuerte incertidumbre, respecto a las medidas impulsadas de aranceles recíprocos desde el 2 de abril por parte de EE.UU., impactando las perspectivas de crecimiento mundial, precios de materias primas, renta variable y renta fija.
Este jueves se vivió un nuevo capítulo donde el mandatario norteamericano aseguró que cree que ambos países terminarán negociando, pero en el intertanto aplicó un 145% de aranceles a los productos provenientes del gigante asiático. "Estamos reestructurando la situación y seguro que nos llevaremos muy bien. Tengo un gran respeto por el presidente Xi Jinping, ha sido amigo mío desde hace mucho tiempo. Creo que terminaremos logrando algo muy beneficioso para ambos países", señaló en rueda de prensa.
Esto, sumado a la pausa arancelaria de 90 días que aplicó a todos los demás países, excepto China, pone una cuota de tranquilidad a una semana que estuvo marcada por la incertidumbre global y los impactos en las bolsas de comercio del mundo. El economista senior del Observatorio del Contexto Económico (OCEC) de la Universidad Diego Portales, Juan Ortiz, señaló que “los recientes anuncios de la pausa arancelaria se deben tomar con cautela, primero porque el arancel del 10% para Chile se mantiene, mientras los aranceles hacia China han aumentado y no se van a suspender, y este último junto con EE.UU. son los principales socios comerciales”.
El académico de la UDP agregó que “si bien se pueden esperar menores turbulencias en el mercado internacional, el nivel de incertidumbre se mantiene alto. En todo caso, en el escenario actual debe aprovecharse para buscar por parte de las autoridades económicas de impulsar conversaciones con las autoridades en Estados Unidos, tal como ya lo han hecho diversos países de la región como México y Ecuador”.
Sobre lo mismo, el diputado y miembro de la Comisión de Hacienda de la Cámara, Agustín Romero, señaló que “evidentemente el tema arancelario afecta a nuestros productores y exportadores, en ese sentido, Chile ha sido durante muchos años un país que ha apostado firmemente por el libre comercio, por ello creemos que el gobierno debe demostrar a Estados Unidos que somos un socio comercial confiable y que nuestra relación bilateral en materia económica se ha basado en el respeto a los tratados y en la apertura de nuestros mercados. Esperamos seguir siendo considerados confiables para trabaja en conjunto con EE.UU.”.
En tanto, el analista estratégico Guillermo Holzmann aseguró que la pausa arancelaria no es una casualidad porque tendrá 90 días para mantener vigentes las órdenes ejecutivas antes de que el Congreso pueda entrar a discutirla o sacar leyes que las puedan restringir. “Lo que está haciendo Trump en la práctica es aprovechar al máximo el tiempo y presionando a los actores que le interesan. Si nos damos cuenta, Rusia ha dicho poco respecto a todo esto, ha respondido por supuesto, pero ha dicho poco porque no está siendo afectada. Por otro lado, tenemos también el silencio de una potencia como India que no ha pasado desapercibido”, concluyó.
Qué busca Estados Unidos en esta guerra comercial
En opinión de Guillermo Holzmann, lo que busca Donald Trump es nivelar la cancha a favor de Estados Unidos con las medidas arancelarias que impone y utilizar esta herramienta arancelaria como un método de negociación geoestratégica y geoeconómica. “Eso hace que no tenga problemas en pausar los aranceles por el impacto y la reacción de los mercados, pero también lo hace porque las protestas comienzan a aparecer, incluso algunos miembros del Partido Republicano lo ponen en duda y el apoyo electoral incluso de algunos sectores demócratas que lo apoyaron se empieza a debilitar”, sostuvo.
Si bien hasta ahora cuenta con el apoyo de la Corte Suprema Federal y de algunas cortes en algunos estados, la incertidumbre se hace inmanejable y, en su pragmatismo, da un paso atrás pero manteniendo la presión sobre China, una presión donde los obliga negociar con Estados Unidos. “Siguió presionando a China con los aranceles, China responde, pero él está imponiendo una negociación, les está mandando un mensaje por todos los medios posibles y, por lo tanto, debiera haber algún encuentro, una cumbre entre ambos”, indicó Holzmann.
Otro de los puntos importantes en esta situación que se vive son las reacciones a nivel global luego de haber instalado los aranceles, las peticiones de una cantidad importante de países de conversar con Donald Trump lo que le da una señal de que el “emparejamiento de la cancha” le está dando resultados. En opinión del analista, “el problema que ahora enfrenta es el retorno de las fábricas a EE.UU. y potenciar nuevamente la industrialización para que las cosas se fabriquen ahí y no en otros países. Acá todavía tiene un desafío y es cómo maneja la situación interna, que debería ser a través de impuestos”.
Para el economista de la UDP, Juan Ortiz, “lo que busca Estados Unidos es recalibrar las relaciones comerciales con sus socios comerciales, específicamente negociar las barreras arancelarias y no arancelarias que están sujetas las exportaciones de EE.UU. hacia dichos países por medio de amenazas de aranceles recíprocos, impulsando medidas para limitar en parte la competencia extranjera en sectores con el fin de apoyar la producción, especialmente del sector manufacturero”.
La otra arista de la estrategia de EE.UU. es una lucha geopolítica con China, dado que esta última es la potencia emergente. En este sentido no extraña la posición del gigante asiático y sus acciones por eran previsibles toda vez que es la segunda economía mundial. “El margen de negociación entre grandes potencias va más allá de solo un componente arancelario, incluye medidas respecto a derechos de propiedad y restricciones no arancelarias. La competencia entre potencias tiene diversos alcances, donde los aspectos económicos es solo uno de ellos”.