Entrevista
Ricardo Vega: “A final de cuentas el hidrógeno verde va a ser rentable en el transporte marítimo”
En conversación con Agenda Marítima, el académico del Departamento de Ingeniería Química de la Usach y director del Centro Economía del Hidrógeno, Ricardo Vega, habló sobre el potencial del hidrógeno verde en Chile y las perspectivas de su uso masivo en el transporte marítimo.
En julio de 2023 los estados miembros de la Organización Marítima Internacional (OMI) acordaron la estrategia para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. El objetivo final es alcanzar emisiones netas cero en el transporte marítimo internacional para el año 2050, lo que a la vez se convirtió en un compromiso adoptar combustibles alternativos con bajas emisiones de cara al 2030 para conseguir, en el mejor de los escenarios una disminución de al menos un 70% para el año 2040.
Bajo este escenario, el hidrógeno verde se presenta como una gran alternativa como solución a la erradicación de los gases contaminantes. La gran ventaja es que éste se consigue a través de la electrólisis del agua utilizando energías renovables como la solar y eólica. En este contexto, Chile cuenta con una gran ventaja respecto al resto de los países ya que en la zona norte cuenta con amplios terrenos para la energía solar y en el sur las condiciones climáticas perfectas para utilizar la energía eólica en este proceso.
En conversación con Agenda Marítima, el académico del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Santiago (USACH) y director del Centro de Economía del Hidrógeno, Ricardo Vega, analizó el presente de este recurso, las ventajas comparativas que tenemos para su producción a nivel mundial y cómo repercutirá en el transporte marítimo que busca con plazos acotados la reducción de las emisiones de gases contaminantes.
¿Cuántos años lleva dedicado a los temas relacionados con el hidrógeno verde?
En el año 2016 planteé la necesidad de que la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Santiago de Chile (USACH) tuviera un Centro de Economía del Hidrógeno para involucrar todo el espectro, desde el mercado, los usos, las tecnologías, no solamente la economía. Cuando hablamos de este término me refiero a todos los usos del hidrógeno en una economía. Todo lo que se está usando con diésel o con fósiles y que puede ser reemplazado por hidrógeno, a eso se llama economía del hidrógeno.
¿Cómo ha sido esta experiencia de estar desde el año 2016 relacionado con estos temas?
Muy gratificante porque resulta que me ha dado la oportunidad de estar en algo que es urgente para el país. Es una absoluta necesidad aprovechar esta ventaja comparativa que tenemos de mucha radiación solar, mucha energía eólica que nos ubica dentro de las mejores del mundo, en zonas en que son prácticamente desiertos, de tal manera que las podríamos aprovechar para transformarlas en una ventaja competitiva y producir hidrógeno para exportarlo o para transformarlo en bencinas. Son las cosas que estamos haciendo como el amoniaco, metanol, bencinas sintéticas. Tenemos esa ventaja comparativa y haberse visto involucrado en eso es muy desafiante. Esta industria se va a levantar en el mundo y aquí estamos, siendo pioneros.
En detalle, ¿cuáles son las principales ventajas que tiene el país para la producción de hidrógeno?
Principalmente, la enorme radiación solar presente en la zona norte. Léase el desierto de Atacama, por ejemplo. En la región de Antofagasta, en general, es donde se focaliza la más alta radiación solar del mundo, al punto que, si instalamos celdas fotovoltaicas para generar electricidad, en esa zona es posible obtener dos mil gigawatts de potencia electrolizadora. Eso es sideral porque resulta que toda la capacidad de Chile de producción de energía eléctrica asciende a 30 gigawatts. Y si pensamos en el sur, la capacidad potencial que tenemos de utilizar la energía eólica para generar electricidad y usarla en electrolizadores, tenemos un potencial de 80 gigawatts. Por donde miremos tenemos un potencial gigantesco y no lo estamos usando, se está desperdiciando todos los días.
¿Cuál es el escenario actual de Chile como fuente de este tipo de combustibles?
Lo que está pasando en Chile es que cada día está siendo más frecuente el uso de paneles fotovoltaicos y generadores eólicos para producir electricidad. Al punto que, en cuatro años, los paneles han bajado por lo menos tres veces su valor. Entonces, hay un aumento de la capacidad de producción de electricidad tanto fotovoltaica como eólica porque han bajado los costos. Pero esa electricidad no se está usando para descomponer el agua y producir hidrógeno verde por el elevadísimo costo de los electrolizadores, que es la pieza clave fundamental para el hidrógeno verde. Para descomponer el agua necesitamos el electrolizador y los electrolizadores comerciales son muy caros, por el orden de un millón de dólares por megawatt. Es una cifra bastante alta y absolutamente prohibitiva.
A su juicio, ¿cómo estamos en Chile? ¿Estamos bien encaminados, nos falta, estamos atrasados?
Creo que estamos en una buena posición en varios aspectos. El primero de ellos es la ventaja comparativa que te decía que tenemos y esa ventaja no nos la va a quitar nadie. Lo que sí nos pueden quitar, de un día para otro, es la ventaja competitiva, que significa sacarle provecho a eso que tenemos. Tal como pasó con el salitre, como está pasando con el cobre y todas esas cosas. Nosotros echamos a andar el tren y llegan economías más poderosas que se hacen de la parte más rentable.
Lo bueno, y por eso digo que estamos bien, es que el gobierno tomó conciencia de esto y hoy día la generación de hidrógeno verde es un tema de responsabilidad nacional, de responsabilidad como política de Estado. Eso es un gran logro, reconocer que el hidrógeno es un combustible a nivel de normativas y de regulaciones es muy importante. En conocimiento de la población y de los equipos técnicos, de los procesos y de todo lo que está involucrado también estamos bien. Hay muchos profesionales que saben del manejo de todas estas cuestiones, pero en el momento en que se materialicen algunos proyectos, vamos a tener falencia de trabajadores a nivel técnico que paren los procesos. Ahí se necesita gente preparada. En eso estaríamos fallando.
Revisa la entrevista completa aquí:
Edición N°10 Revista Agenda Marítima (pág. 12 a 15)