Emprender en el mar: Acústica Marina impulsada por la inteligencia artificial
Acústica Marina, startup originaria de Valdivia, en la región de los Ríos, es uno de los pocos emprendimientos tecnológicos que trabajan en el área marítima.
Acústica Marina es una startup global de tecnología hidroacústica, impulsada por inteligencia artificial y liderada por mujeres, con sede en Valdivia, en la región de Los Ríos. La empresa surgió gracias al talento interdisciplinario de su equipo, compuesto por biólogos marinos, ingenieros acústicos y matemáticos. Tienen como objetivo desarrollar soluciones tecnológicas para entornos marítimos, enfocándose en la detección de eventos sonoros bajo el agua, desde la presencia de cetáceos hasta eventos sísmicos y antropogénicos.
Marcela Ruiz, fundadora y CEO de Acústica Marina, estudió biología marina y realizó una maestría en Gestión Estratégica y Evaluación de Proyectos, también forma parte del Consejo Chile-Estados Unidos para la Ciencia, Tecnología e Innovación, y es vicepresidenta de la Asociación State Alumni Chile. Agenda Marítima conversó con ella sobre como es emprender en el mar, las dificultades y el potencial que ve en el rubro.
Ruiz partió señalando que uno de los principales desafíos es la complejidad y los altos costos asociados al desarrollo de tecnología marina. "Para hacer productos mínimos viables y probarlos en el mar, necesitamos embarcaciones y una fuerte prevención de riesgos y medidas de seguridad, lo que incrementa significativamente los costos," explicó.
Trabajar a grandes profundidades presenta retos técnicos significativos. El equipo de Acústica Marina ha trabajado desde los primeros metros de la columna de agua hasta profundidades de 6000 metros, lo que requiere constantes mejoras tecnológicas y una fuerte cohesión del equipo. "Estos desafíos nos motivan a avanzar y perfeccionar nuestra tecnología, pero no dejan de ser complicados," añadió.
Otro obstáculo importante fue la obtención de financiamiento. La participación en el Primer Concurso de Innovación Abierta de la Armada de Chile en 2020, donde Acústica Marina ganó el primer lugar, proporcionó un apoyo crucial. Este concurso les permitió acceder a financiamiento inicial y a la infraestructura necesaria para probar su tecnología. La empresa también ha recibido apoyo de CORFO y ProChile, a la par que estableció alianzas con las universidades: Austral e Internacional Marítima de Panamá.
La CEO también destacó las dificultades inherentes a emprender en la región de Los Ríos. "Emprender desde una región alejada del centro neurálgico de decisiones y de la industria presenta desventajas, como brechas en conectividad terrestre y marítima," comentó. No obstante, subrayó las ventajas de la calidad de vida y el acceso a polos de conocimiento, como UACh y la UDEC, quienes ofrecen programas únicos en ingeniería acústica y naval.
El equipo de Acústica Marina, que inicialmente estaba compuesto por cinco personas de diversas áreas de estudio, hoy cuenta con 30 empleados y se organiza en tres áreas principales: Dirección Ejecutiva, liderada por mujeres; desarrollo de hardware, a cargo de Roberto Flores; e inteligencia artificial y tecnologías de la información, bajo la dirección de Sebastián Niklitschek y Carlos Villagrán.
Exponer en el Congreso Futuro 2024 fue un logro significativo para Marcela Ruiz, quien destacó la importancia de la divulgación científica y la relevancia de la acústica submarina en su charla. A pesar de la naturaleza conservadora del sector marítimo, ve con optimismo el aumento de mujeres en roles de liderazgo y la receptividad de las instituciones hacia las mujeres en el rubro.
La fundadora de Acústica Marina, señaló que es urgente necesidad de más startups en el sector marítimo, especialmente en un país como Chile, que cuenta con una de las costas más extensas y privilegiadas del mundo. Según ella, el desarrollo de empresas de base científica y tecnológica dedicadas a la sostenibilidad oceánica y a la resolución de problemáticas de la industria marítima es fundamental. "En Chile falta innovación y desarrollo en el ámbito oceánico. Tenemos que alinear la voluntad política, pública y privada e invertir mirando el mar," enfatizó.
También hizo un llamado para aprovechar el gran potencial de Chile como laboratorio natural de innovación marina. "Tenemos áreas marinas protegidas y un tremendo avance en protección oceánica, pero aún falta la implementación de tecnología para ello. El desarrollo tecnológico puede y debe ser hecho en Chile," concluyó y apuntando que este es el camino hacia una economía azul, en línea con la década de los océanos.