El presente y futuro de la propulsión eólica en el transporte marítimo

Los esfuerzos mundiales por lograr la descarbonización hacen de esta variante una verdadera alternativa.

Los objetivos de descarbonización del transporte impulsados por la OMI reflotaron los esfuerzos de muchas navieras de implementar el uso de la vela como mecanismo de propulsión para el transporte de carga.

Un concepto que ha cobrado real relevancia en los últimos años es la propulsión eólica para el transporte marítimo. Los esfuerzos mundiales por lograr la descarbonización en la industria hacen de esta variante una verdadera alternativa a los motores de combustible convencional, más aún si se toman en cuenta los avances tecnológicos con los que se cuenta hoy en día para desarrollar este tipo de proyectos.

Hace algunos años la empresa naviera y de logística Wallenius Wilhelmsen anunció la construcción de un buque de transporte Ro-Ro de propulsión eólica. De acuerdo a lo informado en ese entonces, utilizaría el viento como principal forma de propulsión operando a velocidades de 10 a 12 nudos con vela que podrían aumentarse con el sistema de potencia suplementaria. Lograría reducir las emisiones contaminantes hasta en un 90% y contaría con una capacidad para transportar siete mil vehículos junto con carga fraccionada y equipo rodante.

El proyecto siguió en marcha y en el mes de julio de este año se confirmaron los preparativos para instalar una vela en el carrier Tirranna en el Astillero IMC en Zhoushan, China, convirtiéndose en un nuevo hito en este innovador proyecto denominado Orcelle Horizon. “Este trabajo ha sido crucial para garantizar una solución optimizada relacionada tanto con el peso del acero como con la pérdida de carga. Una vez completado el dique seco, está previsto que la instalación de la unidad de propulsión eólica (WPU) se realice en Europa durante el primer trimestre de 2025”, informó la empresa.

Para el director del Instituto de Ciencias Navales y Marítimas de la Universidad Austral de Chile, Gonzalo Tampier, “en estos días hay un interés cada vez más genuino como una solución de largo plazo para mitigar los efectos del transporte en beneficio del cambio climático y en general para reducir las emisiones de gases. Eso ha hecho que en los últimos años se vea que esta alternativa pueda generar impacto, en algunos casos importante y en otros casos bastante más pequeño, pero se está viendo como algo que realmente puede hacer una diferencia”.

En opinión del académico de la Universidad Austral de Chile, todavía nos encontramos en una etapa inicial, donde lo importante es que se comiencen a usar estas nuevas tecnologías “para acumular experiencia, acumular millas, básicamente, validarla, ver realmente en qué aplicaciones esto es una ventaja significativa, importante, en qué aplicaciones todavía hay desafíos tecnológicos e ir juntando experiencias. Acá también tiene mucho que ver en qué rutas esto puede ser más conveniente. No todas las rutas van a ser candidatas ideales para esto”.

El holandés Ron de Vos se especializó en la construcción de embarcaciones a vela y uno de sus últimos proyectos son buques de carga con 100% de propulsión eólica. En conversación con Agenda Marítima aseguró que “el uso del viento como propulsión será necesario en algún momento porque todos otros combustibles alternativos serán muy difíciles y costosos de obtener. Inicialmente los buques de carga a vela sustituirán a los barcos a motor en rutas con vientos favorables. Si todo marcha bien muchos otros buques tendrán que ser sustituidos para alcanzar el objetivo de reducción cero que impuso la Organización Marítima Internacional para el año 2050”.

De todas maneras, su visión no es muy optimista ya que, a su juicio, “un buque de carga a vela no tendrá emisiones durante el viaje, pero el desarrollo y la posterior aceptación por parte de la industria marítima la veo muy difícil. Los intereses de las compañías petroleras son defendidos por los políticos y por gran cantidad de los responsables de la industria marítima. Por ejemplo, en Europa el viento como propulsión está excluido de cualquier regulación, incluidas las subvenciones”.

Revisa la entrevista completa aquí:

Edición N°10 Revista Agenda Marítima (pág. 40 a 43)