Concesiones portuarias: Tecnología y seguridad, aspectos claves en la nueva licitación
Una mirada estratégica es la clave, a juicio de muchos expertos, en este nuevo proceso de concesiones que debe incluir temas como la seguridad, la tecnología y la sostenibilidad de cara a los nuevos tiempos.
Las concesiones portuarias son vitales para atraer a la inversión privada, y para la mayoría de los involucrados es la manera más eficiente de mejorar la competitividad y ejecutar la modernización de los terminales portuarios alrededor de todo el mundo. En un mercado globalizado esto es clave a la hora de pensar no solo en los puertos, sino que en el desarrollo económico de un país y Chile no está ajeno a esta dinámica.
En nuestro país las concesiones portuarias son fundamentales a la hora de pensar en el desarrollo y sobre todo en la gestión de los puertos chilenos. Éstas se encuentran reguladas por la Ley N° 19.542 sobre Concesiones Portuarias y su Reglamento siendo los principales terminales los de Valparaíso, San Antonio, Antofagasta, Mejillones y Talcahuano, entre otros, que resultan claves para la economía chilena y su comercio exterior.
Estas concesiones operadas por privados se ganan el derecho a operar, gestionar y desarrollar la infraestructura portuaria en plazos que van, regularmente, entre los veinte y treinta años. Durante ese período deben realizar una serie de inversiones para mantener la competitividad y la eficiencia, y de esta manera mejorar el proceso de movimientos de cargas.
En algunos años vencen los plazos de concesiones de algunos terminales portuarios lo que dará paso a un nuevo proceso de licitación que debería tener algunas variaciones en cuanto a los objetivos toda vez que la realidad de infraestructura y tecnología es muy diferente a la que se necesitaba hace más de veinte años en nuestro país.
Por ejemplo, de acuerdo a los datos del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, en el 2026 llega a su fin la concesión del Terminal Puerto Valparaíso (concesión transitoria). Tres años después es el turno de CQ Terminales en San Antonio, y para el 2030 terminan Iquique Terminal Internacional, Terminal Pacífico Sur, San Antonio Terminal Internacional, Puerto Panul y San Vicente Terminal Internacional.
Tecnología y seguridad, aspectos claves de la nueva licitación
“Las concesiones de ahora, de las últimas dos décadas, no serán iguales a las concesiones de los próximos 30 años. Habrá cambios radicales en tecnología, seguridad y sustentabilidad. En estas nuevas concesiones tenemos que dar un paso adelante, de hecho, la tecnología es muy importante porque el estándar mundial de la industria se hará presente”, señaló Raúl Oberreuter, ingeniero civil y especialista en temas portuarios.
El ingeniero explicó que “a la espera de la próxima ola de concesiones somos varios los que estamos interesados en saber qué va a pasar. Lo más concreto es que se van a generar contratos que permitan mayor flexibilidad en el desarrollo portuario, que le permitan al puerto adecuarse a los cambios que vayan ocurriendo para mantener y aumentar su productividad”.
Una opinión similar la de Daniel Fernández, presidente de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile (Camport) quien aseguró que “las regulaciones, obligaciones y normas del proceso anterior han tenido un resultado positivo, tanto para el sector portuario como para el país. Sin embargo, creo que el Estado está obligado a mirar aspectos no abordados en las licitaciones anteriores como, por ejemplo, la seguridad frente al aumento de los delitos en las instalaciones portuarias y el narcotráfico”.
Para Daniella De Luca, directora académica en la Escuela de Negocios de la Universidad de Valparaíso, “es necesario incluir temas como la seguridad, tecnología y sostenibilidad. Pero un tema que debe ser fundamental es la digitalización porque es un plus y necesitamos que exista un compromiso, no solo en infraestructura física, sino que también en diseños de redes que permitan la total integración del comercio y que facilite la operación de los diversos actores”.
Por su parte, el senador por la Región de Valparaíso, Francisco Chahuán, indicó que “se requieren concesiones que tengan flexibilidad, que incorporen en forma permanente el uso intensivo de las nuevas tecnologías que permitan automatizar los procesos y digitalizarlos. Además, deben tener capacidad de prever las condiciones que permitan justamente darle mayor proyección a esas concesiones. Deben adecuarse a los nuevos tiempos, eso es clave. Nuestras concesiones no se pueden quedar atrás”.
Un proceso de licitación clave para la industria portuaria
A pesar de que las concesiones, en su mayoría, han cumplido con los requerimientos que se hicieron hace veinte años, existe preocupación en algunos especialistas porque, como señaló Daniella De Luca, “si no se preparan bien las licitaciones vamos a dar una pésima imagen si se llegan a declarar desiertas como ha sido la tendencia que se viene viendo en algunas. Como país hay que ser estratégico porque si se declaran desiertas demuestra una ineficiencia que si bien no tiene un impacto inmediato si da una imagen de poca competitividad”.
A su juicio, se deben considerar licitaciones que apelen a una mirada estratégica en cuanto a los volúmenes de carga. Buscar que los nuevos terminales sigan siendo estratégicos y fundamentales para las rutas navieras y esto, a su juicio, se logra generando más cargas y más atractivos por parte de las líneas navieras. “Son temas que hay que abordar porque son conflictivos. Por ejemplo, por las alianzas que se están generando hoy día en la industria marítima. La mayoría hoy en día se mueven por alianzas verticales, es decir, asocian o integran la cadena completa”, dijo De Luca.
Sin duda que es un proceso fundamental, no solamente para el desarrollo portuario, sino que para el desarrollo económico y fortalecimiento de nuestro comercio exterior. Sin ir más lejos, de acuerdo a cifras entregadas por la Cámara Marítima y Portuaria de Chile, estos procesos han permitido captar inversiones privadas en los puertos estatales por cerca de 2 mil millones de dólares, tanto en equipamiento como en obras de infraestructura y dragados. Además, han sido claves para que el comercio exterior pueda desarrollarse tal como lo ha venido haciendo desde el año 2000 – en el inicio del proceso de concesiones - hasta el 2022 registrando un aumento del 119% en las toneladas transferidas.
De ahí la trascendencia de este tipo de decisiones que, si bien permiten invertir y modernizar en temas de infraestructura portuaria también son claves para atraer a la inversión privada, mejorar la eficiencia de los procesos asociados a la industria y de paso potenciar el desarrollo económico, no solo del país, sino de cada una de las regiones que alberga a estos puertos concesionados.