Uso de Scrubbers impulsa la demanda de combustible alto en azufre
A grandes rasgos, los scrubbers funcionan rociando una mezcla de agua de mar y productos químicos alcalinos sobre los gases de escape. Esta mezcla reacciona con el SOx, neutralizándolo y convirtiéndolo en sulfato, que luego se puede descargar al mar o almacenar a bordo para su posterior tratamiento.
En los últimos años, la demanda de combustibles de alto azufre ha experimentado un resurgimiento inesperado, impulsado principalmente por la implementación de sistemas de depuración de gases de escape, conocidos como scrubbers. Estos dispositivos permiten a los barcos reducir las emisiones de dióxido de azufre generadas por el combustible, ofreciendo una solución económica frente a los costos de los combustibles con bajo contenido de azufre.
Adrian Tolson, experto en el sector, explicó que la idea inicial era que el uso de combustibles de alto azufre disminuiría a medida que las regulaciones ambientales se volvieran más estrictas. Sin embargo, la adopción de scrubbers ha demostrado ser una alternativa viable y económica para muchos armadores, especialmente en el transporte marítimo de larga distancia. Los scrubbers, que se amortizan a lo largo de varios años, permiten que las embarcaciones continúen utilizando combustibles más baratos pero más contaminantes sin incumplir las normativas.
Caupolicán Guerra agrega que, en este contexto, se ha trabajado intensamente en la investigación y desarrollo de biocarburantes a partir de fósiles naturales y fuentes más jóvenes. Esta alternativa representa una solución prometedora para mitigar el impacto ambiental de los combustibles tradicionales. Además, Guerra señala que la instalación de scrubbers tanto en la flota mundial de buques como en la industria en general ha derivado en una mayor disponibilidad y demanda de combustibles de alto azufre.
Sin embargo, el uso de scrubbers también ha suscitado preocupaciones ambientales significativas. Un informe del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT) destaca los impactos negativos de las descargas de agua de lavado de scrubbers en los puertos, especialmente en el Caribe. Estos sistemas eliminan el azufre de los gases de escape rociando una solución amortiguadora (generalmente agua de mar) y luego descargan el agua de lavado, que es más ácida y contiene contaminantes como hidrocarburos aromáticos policíclicos, material particulado, nitratos, nitritos y metales pesados.
El ICCT estima que, en un año típico, se descargarán casi 300 millones de toneladas de agua de lavado de depuradores en los principales puertos del mundo, con una parte desproporcionada ocurriendo en el Caribe debido al alto número de cruceros en la región. Estos impactos son particularmente preocupantes en áreas con arrecifes de coral y zonas marinas particularmente sensibles, como los Cayos de Florida, Sabana-Camaguey en Cuba y Saba Bank en el Caribe neerlandés.
Además, el estudio revela que los cruceros, al ser responsables del 96% de las descargas en siete de los diez puertos con mayores descargas de agua de lavado, contribuyen significativamente a este problema debido a su alta demanda de energía y tiempo de permanencia en los puertos.
El informe sugiere que las políticas vigentes ya han logrado reducir significativamente las descargas de agua de lavado en varios países, pero enfatiza la necesidad de medidas más estrictas a nivel internacional. Países como Singapur y Egipto han tomado la delantera al prohibir las descargas de agua de lavado en sus puertos, logrando reducciones significativas en las descargas.
Mientras el uso de scrubbers ha revitalizado la demanda de combustibles de alto azufre, el futuro del mercado estará condicionado tanto por la evolución de las políticas ambientales como por los desafíos geopolíticos.