El potencial de la "captura de carbono a bordo" como combustible en el sector marítimo
A pesar de las similitudes con el caso de los depuradores de azufre, la captura de carbono a bordo presenta desafíos adicionales que pueden afectar su uso, por ejemplo, la actual falta de claridad regulatoria internacional sobre la acreditación.
En el esfuerzo por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del transporte marítimo, se ha puesto énfasis en mejorar la eficiencia energética de los buques y en cambiar a combustibles neutros en carbono. Sin embargo, una nueva alternativa es capturar el CO2 producido por combustibles a base de carbono y utilizarlo o almacenarlo en reservorios subterráneos.
Las tecnologías de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) y sus cadenas de valor están en desarrollo para apoyar la descarbonización de emisiones terrestres, e investigadores de la industria marítima están explorando su aplicación a bordo de los barcos.
El concepto de captura de carbono a bordo se basa en una tecnología que captura el carbono a bordo del barco antes de que el CO2 se emita a la atmósfera a través del "ducto de escape". Los estudios muestran que la tecnología puede aplicarse de manera segura en los barcos, pero aún necesita ser desarrollada y optimizada para su uso e integración marítima. Factores clave que afectan la viabilidad técnica de la captura de carbono a bordo incluyen el tamaño del barco, el perfil operativo y el patrón de comercio, la capacidad de la maquinaria para la producción de energía y calor, y el espacio disponible.
En este sentido, el estudio "The potential of onboard carbon capture in shipping" realizó la invitación a los armadores de investigar diferentes alternativas de descarbonización y evaluar si la captura de carbono a bordo podría ser una opción viable para sus embarcaciones. Los académicos argumentaron que un enfoque de diseño de barcos preparados para la captura de carbono a bordo podría ser relevante considerar en la etapa de construcción para reducir costos en futuras adaptaciones.
La relevancia de la captura de carbono a bordo para una aplicación más amplia por la industria marítima también depende de su desempeño comercial en comparación con otras alternativas de descarbonización. La aplicación y adopción de la tecnología de captura de carbono a bordo depende de los elementos de costo relevantes del sistema, además del entorno regulatorio y competitivo. En general, mientras la descarbonización del transporte marítimo sea impulsada por regulaciones y mecanismos de mercado, la captura de carbono a bordo puede ser una solución comercialmente atractiva si se logran altas tasas de captura, bajas penalizaciones de combustible y bajos costos de depósito de CO2.
Desde DVN, la empresa que realizó la investigación, afirmaron que para que los armadores adopten la captura de carbono a bordo, deben establecerse regulaciones de emisiones apropiadas que acrediten el dióxido de carbono capturado. Actualmente, el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE es el único marco regulatorio que incentiva la captura de carbono en los barcos, alineándose con la estrategia de la UE sobre CCS terrestre. Además, la OMI ha iniciado un grupo de trabajo para estudiar más a fondo cómo la captura de carbono a bordo puede implementarse potencialmente en nuevas regulaciones de emisiones de GEI, añadieron.
DNV ha estado trabajando en la captura de carbono a bordo desde 2009 y ofrecieron apoyar a las partes interesadas que deseen investigar la viabilidad de la captura de carbono a bordo y su conexión con la cadena de valor. A medida que la industria marítima se prepara para cumplir con regulaciones nuevas y actualizadas para la descarbonización, la demanda de soluciones rentables está aumentando. Las opciones incluyen medidas de eficiencia energética, combustibles alternativos y captura de carbono a bordo (OCC). Esta última está atrayendo una atención creciente porque proporciona la oportunidad de continuar operando con combustibles convencionales, mientras se reducen las emisiones de GEI. Actualmente, DNV participa en numerosos pilotos tecnológicos y estudios de viabilidad a gran escala de captura de carbono a bordo y ya ha ejecutado una gama de Aprobaciones en Principio.
Para la captura de carbono a bordo como una posible solución de descarbonización, la industria está planteando preguntas clave sobre su "marinización" e implicaciones. El informe técnico refleja estas preguntas y tiene como objetivo proporcionar orientación a los armadores, proveedores de tecnología y otras partes interesadas sobre cuestiones centrales relacionadas con la captura de carbono a bordo.
Dado que la competencia por los portadores de energía verde en el transporte puede volverse desafiante, lo que lleva a un aumento en los costos del combustible, DNV predice que junto con los impuestos sobre el carbono, la disponibilidad limitada y los altos precios de los combustibles bajos en carbono podrían generar bases comerciales para la captura de carbono a bordo. Las compañías navieras buscarán asegurar el cumplimiento mediante combinaciones efectivas de opciones de descarbonización: combustibles neutros en carbono, mejoras en la eficiencia energética, optimización de operaciones y captura de carbono a bordo. Similar a lo sucedido en los años 2020 con el límite global de azufre, se espera que el tratamiento posterior de las emisiones de carbono sea relevante tanto para los barcos existentes como para los nuevos.
La disyuntiva radica entre altas tasas de captura de CO2 y mayores costos de combustible debido a la necesidad adicional de combustible para capturar el dióxido de carbono. La inversión en captura de carbono a bordo y los mayores costos de combustible deben evaluarse en comparación con el costo de emitir CO2 y el costo de alternativas de combustible renovable para alcanzar los objetivos de emisión.