Expertos analizan inquietudes de exportadores nacionales de frutas ante la irrupción de Chancay
La Federación de Productores de Frutas (Fedefruta) manifestó su preocupación ante la arremetida de Chancay y la lentitud en el desarrollo de los proyectos de infraestructura portuaria en el país. El principal temor es la pérdida de competitividad del sector.
Mas dudas que certezas trajo la irrupción del megapuerto de Chancay a la Federación de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta). La agrupación gremial manifestó su preocupación, a través de un comunicado, sobre todo en la lentitud con la que se están trabajando los proyectos de ampliación portuaria de Valparaíso y San Antonio. A juicio de la entidad, una ventaja que podría costar muy caro a la competitividad de los productos nacionales.
“Observamos con inquietud como mientras en Perú se inaugura un megapuerto, nuestro país lleva décadas enfrascado en discusiones infructuosas sobre la expansión portuaria en la Región de Valparaíso. Debemos preocuparnos de que las inversiones en infraestructura que se han propuesto tanto en la Empresa Portuaria Valparaíso como en San Antonio puedan materializarse en un plazo mínimo”, sostuvo Fedefruta en el comunicado.
La agrupación recordó que en el caso de San Antonio se deben cumplir muchas etapas, una de ellas es la evaluación ambiental, un proceso que ha sido lento. “Hay otros obstáculos que según los expertos podrían significar que el proyecto se concrete recién el año 2032. La inversión portuaria toma mucho tiempo y mucho dinero, pero debemos tener presente otro factor importante, los proyectos de Valparaíso y sobre todo el de San Antonio implican inversiones en el ámbito de las carreteras y caminos de conexión”, concluyó la entidad.
A pesar que el Puerto de Chancay está recién comenzando a operar, la clave está en cuáles serán los valores de exportación desde puertos chilenos que estén pasando por Chancay. Aún es una incertidumbre cómo operará, pero, a juicio de los expertos, es probable que China, toda vez que administra el megapuerto y tiene atribuciones más allá de lo normal dentro de la legislación peruana, una legislación que para muchos fue hecha a la medida de Chancay, intente darles preferencias a los importadores chinos con de hacerlo viable.
“Chancay nos exige una actualización y si es que no, un cambio de estrategia portuaria con respecto a China o Europa, y ver cuáles son los puertos chilenos que necesitan potenciar. Se requiere una política nacional de puertos, de tal forma que vaya acompañada de inversiones en un horizonte de tiempo que sea razonable, es decir, no más de diez años, y donde se incluye San Antonio, Valparaíso, Antofagasta, Coronel eventualmente, y particularmente Punta Arenas”, señaló el magister en Ciencias Políticas de la Universidad de Chile, Guillermo Holzmann.
El analista agregó que “si Chile no tiene una política nacional de mejoramiento portuario, China va a terminar instalando sus condiciones y lo propio va a hacer Estados Unidos y Europa, puesto que a ellos les interesa que la industria chilena, incluidos los minerales y la pesca, lleguen en términos de tiempo y oportunidad para que no se corten las cadenas de suministro y no tengan que depender de otros puertos. La no dependencia significaría quitarle preeminencia a Chancay, que tendría una capacidad de negociación mucho mayor porque puede manejar los precios más allá de la oscilación del mercado”.
De todas maneras, Holzmann aseguró que en el corto plazo los puertos chilenos no van a sentir la presión de Chancay, pero claramente podría hacerlo el próximo año o el subsiguiente. “Chancay va a tener un modelo de negocio y de negociación respecto a las exportaciones a China, que va a obligar a varias empresas a evaluar efectivamente la posibilidad de que pasen por Chancay o no. Creo que acá se abre un escenario que requiere un análisis geoeconómico y geoestratégico para poder ver hacia dónde van los lineamientos de China”, señaló el analista.
Para Antonio Espinoza, investigador del Observatorio del Contexto Económico (OCEC) de la Universidad Diego Portales, “la irrupción del puerto del Puerto de Chancay afectará a Chile de distintas formas. Desde el punto de vista de la competitividad del país en la industria portuaria, claramente se puede ver afectada por no contar con la infraestructura y tecnología al nivel de la competencia. Una infraestructura inferior hace que los puertos sean menos atractivos para los agentes. El tiempo en esta industria es sumamente crucial y tener puertos menos eficientes, con menor capacidad de manejar barcos, que demoren más tiempo cargar y descargar, incurren en mayores costos de operación y para las navieras son un costo de oportunidad frente a optar a puertos más eficientes, como lo promete ser el Puerto de Chancay”.
“Ahora, desde el punto de vista del comercio exterior chileno, puede ser beneficioso, toda vez que los exportadores e importadores se pueden beneficiar de la mejora en eficiencia y disminución de costos que este puerto trae. En especial el intercambio con Asia, continente que 2023 tuvo una participación del 46% del intercambio comercial o concretamente la exportación de frutas a China, que en el 2023 importó alrededor de 2.656 millones de dólares”, indicó el investigador de la UDP.
De todas formas, Espinoza puso paños fríos ya que es importante considerar que estos efectos no serán inmediatos, ya que las operaciones del puerto de Chancay no estarán en su máxima capacidad. “El volumen de operaciones será relativamente menor a lo que actualmente tienen los puertos en Chile. En este sentido, se prevé que el puerto de Chancay, en su etapa inicial, tendrá capacidad de movilizar alrededor de un millón de TEU, mientras que el puerto de San Antonio tiene actualmente capacidad de transferencia de 2.5 millones de TEU al año”, explicó.
René Fernández, académico y economista de la Universidad de Santiago (USACH), recordó que los exportadores de frutas han sufrido niveles de preocupación bastante altos en el último tiempo. Sin ir más lejos, el anunciado paro portuario de Estados Unidos los mantuvo en alerta y a pesar que actualmente se negocia sin movilizaciones, es una problemática que puede resurgir en cualquier momento y afectar el desarrollo de su industria.
“Existe un riesgo similar, con distinta latitud. Chancay es el epicentro de las preocupaciones actuales. Lo anterior genera un potencial entorpecimiento de envío de ciertos productos. La señal que entrega Perú es fuerte, da cuenta de un trabajo conjunto con el gigante asiático, en cierta medida ha optado por dirigir sus exportaciones principalmente a dicho país”, indicó el académico de la Universidad de Santiago.
El economista René Fernández explicó que “nuestra capacidad portuaria aún es superior y la gran cantidad de Tratados de Libre Comercio da cuenta de una estrategia abierta y hasta el momento, neutral. La decisión chilena no es trivial, las exportaciones de frutas nacionales se dirigen principalmente hacia China y Estados Unidos, entonces, un fortalecimiento de la relación China-Perú podría amenazar un porcentaje relevante de nuestras exportaciones”.