Organización de trabajadores analiza lecciones de la pandemia para las cadenas de suministro
La Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) sostiene en un informe que los Gobiernos deberían extraer enseñanzas de la pandemia y sus repercusiones para conseguir cadenas de suministro marítimas seguras para la gente y el medioambiente.
El documento Opportunities for Seafarers and National Maritime Policies: Navigating beyond the chaos of the pandemic (Oportunidades para la gente de mar y políticas marítimas nacionales: navegar más allá del caos de la pandemia), un grupo de expertos identifica lecciones cruciales a partir de las crisis relacionadas con el COVID-19 y propone medidas para que los gobiernos aseguren las cadenas de suministro.
“Durante la pandemia, tanto los consumidores como las empresas sufrieron escasez en muchos países, en particular de productos esenciales como medicamentos y combustibles”, señala Chris Given, secretario-tesorero del Sindicato Internacional de Gente de Mar de Canadá (SIU Canadá) y uno de los autores del informe.
“Lo que observamos en cambio es que, en otros países, especialmente los que cuentan con políticas marítimas nacionales sólidas, los gobiernos pudieron aprovechar el recurso de unas políticas bien diseñadas para conseguir alimentos y combustibles para su población y lograr una recuperación económica y sanitaria más rápida”, agregó.
Resiliencia de algunos países
Durante la pandemia, muchos contenedores de transporte marítimo quedaron desperdigados, lejos de donde se necesitaban y se produjo un aumento récord de los precios del transporte y una congestión portuaria difícil de resolver, situación que propició la escasez de productos terminados y dejó al consumidor a merced de unas cadenas de suministro más que saturadas.
Al mismo tiempo, hasta 400.000 marinos quedaron atrapados a bordo de buques debido a restricciones al desembarco impuestas a causa de la pandemia, que les impidieron regresar a sus hogares y ser relevados por una nueva tripulación.
“En medio del caos, algunos países pudieron utilizar flotas con pabellón nacional para trasladar carga esencial y conseguir que las cadenas de suministro se pusieran en marcha nuevamente. Tenemos que recordar que se trata de cadenas de suministro que permanecían atascadas en otros lugares”, afirma Given.
“Al redactar este informe nos preguntamos: ‘¿Por qué? ¿Qué diferencia había para que algunos países fueran capaces de salir de la situación más fuertes y con más rapidez, mientras que otros se veían afectados muy negativamente por estas crisis?’”.
Planificación para un futuro mejor
El informe señala que algunos países tomaron nota de los inconvenientes que plantea un sector marítimo nacional sin preparación y destaca las recientes iniciativas de Brasil, Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Noruega, Panamá, el Reino Unido y Sudáfrica dirigidas a fortalecer el apoyo al cabotaje y otras políticas marítimas razonables en su legislación y planificación a nivel nacional.
La coordinadora marítima de la ITF, Jacqueline Smith plantea que “si el mundo quiere intensificar sus esfuerzos ante al reto colectivo de recortar las emisiones de carbono hasta un nivel seguro, el transporte marítimo tiene que aportar su granito de arena. Sin embargo, no podremos hacerlo si no incorporamos al mercado laboral a gente de mar con las competencias adecuadas para manejar los combustibles y los buques del futuro”.
Smith señala que hasta 800.000 marinos y marinas necesitarían algún tipo de reciclaje profesional o familiarización de aquí a 2030, dada la rápida descarbonización prevista para el sector.
“Ahora es el momento de que los Gobiernos inviertan en un futuro seguro poniendo en marcha políticas marítimas nacionales razonables. No solo deberían hacerlo por la sociedad, sino también por el planeta”, concluye Smith.