Manuel Cañas: "Si Valparaíso quiere mantenerse competitivo, debe estar dispuesto a enfrentar estos dolores"

Manuel Cañas comenzó en los años 90 en el Puerto de San Antonio, cuando participó en la llegada de Maersk a Chile y presenció la transformación de San Antonio en lo que es hoy en día.

"Después de más de 14 años allí, trabajé en Valparaíso asesorando en procesos de licitación para terminales portuarios. En 2014, me trasladé a Iquique como parte del equipo de ITI Iquique Terminal Internacional, enfrentando desafíos tras el terremoto del 2014", continuó Cañas.

En 2019, el gerente volvió a la zona central para trabajar en asesorías, y posteriormente asumió la dirección del TPV, con el objetivo de modernizarlo antes de que finalice la concesión en 2029. 

¿Qué es el TPV en el puerto de Valparaíso y cómo funciona?

 El TPV, o Terminal Portuario de Valparaíso, es el espigón del puerto de Valparaíso que consta de tres sitios: 6, 7 y 8. Este terminal se centra principalmente en la carga general, con un enfoque destacado en el manejo de fierro desde el inicio de la concesión.

Actualmente, estamos diversificando nuestras operaciones hacia áreas como cargas de proyecto y alta minería. También estamos explorando oportunidades de asociatividad para proporcionar servicios en la parte trasera de los terminales. Este proyecto de desarrollo está en marcha desde septiembre del año pasado, con un enfoque en la expansión y la modernización para adaptarnos a las demandas cambiantes del mercado.

Este terminal maneja cargas más diversas y desafiantes en comparación con otros que sólo mueven carga en contenedores, ¿cómo ve eso?

Sin duda, la diversidad de la carga en este terminal presenta una serie de desafíos, riesgos y complejidades únicos. La variedad de la carga, que incluye elementos más antiguos y diversos, la hace atractiva pero también desafiante. El manejo de esta carga implica no solo operaciones logísticas, sino también sistemas de reconocimiento y despacho de carga que deben ser precisos. Además, siendo un terminal relativamente pequeño, las áreas son reducidas, lo que complica la logística y requiere una gestión cuidadosa para evitar accidentes.

A pesar de su tamaño reducido, se lo reconoce como uno de los terminales más eficientes del país.

Este reconocimiento se debe en gran medida a nuestros esfuerzos constantes por lograr la eficiencia operativa, sin subestimar la complejidad inherente de nuestras operaciones.

Aunque enfrentamos desafíos, como la implicación de múltiples actores en los procesos marítimos y portuarios, así como la interacción con la ciudad misma, nos esforzamos por gestionar estos factores con habilidad, criterio y empatía para mantener altos niveles de eficiencia en todas nuestras operaciones.

¿Cuál es la importancia del TPV para la ciudad de Valparaíso, especialmente en términos de su conexión con el puerto y la actividad marítima?

La importancia para la ciudad de Valparaíso es significativa y multifacética. Si bien es cierto que no me corresponde afirmar su relevancia para los porteños, puedo expresar que para nosotros y nuestra comunidad de accionistas, quienes tienen profundas raíces en el ámbito marítimo-portuario de Valparaíso, esperamos el TPV sea visto como motor de desarrollo en la ciudad. 

Hace apenas dos años que asumimos la administración de este terminal, pero nuestros lazos con la ciudad y su puerto se remontan a décadas atrás. Todo lo relacionado con el mar, sus operaciones, logística y actividad, es de suma importancia para nosotros. Por ende, consideramos que el TPV es factor de crecimiento y aporte para Valparaíso. La interacción entre el terminal y la comunidad es indispensable; no pueden existir de manera independiente. Su percepción como un impulsor del progreso por parte de la comunidad es esencial para nosotros.

¿Hay que verlo como un ecosistema?

 La historia de Valparaíso está intrínsecamente ligada a su condición de puerto natural, declarado como tal alrededor del año 1400. Desde entonces, el puerto ha sido el epicentro de su fundación y crecimiento. Es crucial comprender que el puerto y la ciudad no pueden considerarse como entidades separadas; dependen uno del otro para su existencia y prosperidad. Desde la llegada de los primeros colonos por mar en el siglo XIX, Valparaíso se convirtió en el principal puerto de América Latina. El comercio, la llegada de inmigrantes, y eventos históricos como la Guerra del Pacífico, han forjado la identidad y la vitalidad de la ciudad a lo largo de los siglos.

Si intentamos imaginar Valparaíso sin su puerto, nos enfrentamos a una pregunta crucial sobre el futuro de la ciudad. ¿Qué sería de Valparaíso sin esta maravillosa rada y este enclave portuario? La respuesta nos lleva a reflexionar sobre el papel del puerto en el crecimiento y desarrollo continuo de la ciudad. La inversión en infraestructura portuaria se convierte en un elemento clave para mantener la competitividad y la atracción de inversiones. Valparaíso, con sus cerros y su puerto, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2003, reconociendo la importancia de esta conexión única entre la ciudad y su actividad portuaria en la historia y la cultura. La mirada hacia el futuro debe tener en cuenta esta relación simbiótica entre la ciudad y su puerto, y desde esa perspectiva, proyectar el desarrollo y la identidad de Valparaíso para los próximos siglos.

¿Cómo describiría los desafíos actuales que enfrenta Valparaíso en relación con su desarrollo urbano y portuario?

 En este momento, creo que estamos atravesando por ciclos o momentos en los que la relatividad, no en el sentido de Newton, sino en un sentido más amplio, está jugando un papel crucial. Las percepciones de lo bueno y lo malo, de lo que debería ser o no ser, están sujetas a una relatividad que puede ser engañosa. Cuando nos enfrentamos a problemas o situaciones que consideramos menores, tendemos a minimizarlos, pero en realidad pueden ser indicios de problemas más profundos. Este es un momento en el que debemos reflexionar sobre la importancia de cuidar lo propio y entender que nuestra ciudad nos pertenece a todos.

Valparaíso tiene una complejidad única debido a su condición de puerto. La actividad portuaria no es solo una parte de la economía de la ciudad, sino que también es fundamental para su identidad y su futuro. Más allá de los números y las estadísticas, el puerto de Valparaíso representa el sustento de cientos de familias y es un componente vital de la vida diaria de la ciudad.

Sin embargo, enfrentamos desafíos significativos. La competencia con otros puertos, la necesidad de modernización y la adaptación a los cambios tecnológicos son solo algunas de las preocupaciones que debemos abordar con mente abierta y determinación. Necesitamos ofrecer al mercado alternativas de eficiencia y competitividad, lo que implica cambios tanto en infraestructura como en el ámbito laboral.

Es importante entender que el crecimiento conlleva dolores. Si Valparaíso quiere mantenerse competitivo, debe estar dispuesto a enfrentar estos dolores y abrazar el cambio. Esto incluye no solo inversiones en tecnología e infraestructura, sino también en capacitación y planificación para garantizar un futuro sostenible para los trabajadores portuarios y para la ciudad en su conjunto.

Estamos en un momento crucial en el que debemos enfrentar los desafíos con determinación y visión a largo plazo. Valparaíso tiene un papel preponderante en la industria portuaria y en la construcción de un futuro próspero para la ciudad y sus habitantes. Hay que hacer una invitación para actuar con valentía y responsabilidad para garantizar que Valparaíso siga siendo un puerto de referencia en los próximos años.

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