Entrevista

Gabriel Gaspar: "Chile no es un mercado atractivo para Asia, pero la masa continental sudamericana si lo es"

Gaspar fue el embajador de la misión especial ante la demanda marítima de Bolivia ante La Haya.

"En mi opinión el mejor vecino de Chile no es el más amigo de Chile o el que más quiere Chile o si el presidente piensa como pensamos, el mejor vecino de Chile es el que sea más estable".

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Gabriel Gaspar, diplomático y ex Subsecretario de Defensa, al ser entrevistado por Agenda Marítima, realizó un especial hincapié en la relevancia de la vinculación entre América del Sur y Asia-Pacífico, especialmente con China, aunque subrayó la importancia de no subestimar la influencia de otros países asiáticos.

Uno de los puntos centrales de la entrevista fue la necesidad de invertir en infraestructura, especialmente en puertos, como el caso destacado del puerto de Chancay en Perú, que Gaspar describió como una de las inversiones más impresionantes en América. Sin embargo, enfatizó que la competencia no se limita únicamente a la infraestructura portuaria, sino que abarca todo el contexto nacional, incluyendo la estabilidad política e institucional.

¿Considera el puerto de Chancay como una amenaza para Chile?

 En el contexto de vincular América del Sur con el mundo orientales, el puerto de Chancay representa un paso significativo. Tenemos que recordar que Chile con sus 18 millones de habitantes, no es un mercado atractivo para los asiáticos pero la masa continental Sudamericana si lo es.

Asia, con países como China, Japón, Corea del Sur, es un gigante económico. Nuestra infraestructura en América del Sur aún no está a la altura de la demanda, lo cual es evidente si comparamos nuestros puertos con el coloso de Shanghái. Si bien hemos buscado integrarnos al mercado del Pacífico, nuestro desarrollo es aún limitado. Sin embargo, nuestra ubicación estratégica y recursos naturales nos hacen atractivos para el comercio asiático.

Por ello, la inversión en el puerto de Chancay es crucial para mejorar nuestra competitividad a nivel global. No solo se trata de infraestructura, sino también de eficiencia, productividad y seguridad en las operaciones portuarias. Debemos competir no solo en términos de infraestructura portuaria, sino como país en su conjunto. Este desarrollo no solo impacta en el ámbito portuario, sino en el desarrollo nacional en su totalidad.

¿La inestabilidad en Perú juega a nuestro favor?

La inestabilidad en Perú no solo afecta a los peruanos, sino que también tiene repercusiones en toda la región, incluyendo a Chile. Cuando competimos, lo hacemos en todos los aspectos. No se trata solo de rivalidad entre Chile y Perú, sino de ofrecer la mejor oferta al mercado mundial.

Invitamos a los coreanos, japoneses y otros a utilizar nuestros puertos no solo por ser más rápidos y eficientes, sino también por ser más seguros y confiables, lo que eleva el estándar de la región. Es cierto que la inestabilidad política en Perú es una amenaza, ya que prácticamente todos los presidentes, excepto Sagasti (2020-2021), enfrentan procesos judiciales. Esto es lamentable porque el vecino más estable es el mejor para Chile, independientemente de afinidades políticas. 

Aunque Chile tiene un desarrollo institucional superior al promedio regional, también hemos experimentado cierta inestabilidad últimamente, lo que nos recuerda la importancia de mantener la estabilidad. La región enfrenta grandes desafíos en seguridad interna y reactivación económica, que están interconectados. Sin seguridad no hay desarrollo, y sin desarrollo, no hay seguridad. Estos desafíos deben ser prioritarios para las élites de la región.

Entonces, ¿la ubicación geográfica nos juega a favor o en contra?

Durante mucho tiempo, se habló de una especie de maldición geográfica para Chile, argumentando que nunca podríamos alcanzar el desarrollo debido a nuestra lejanía de los centros principales de producción científica y de los grandes mercados. Se nos consideraba condenados por estar "en el fin del mundo". Sin embargo, en las últimas décadas, hemos sido testigos de una revolución científica y tecnológica que ha acortado distancias y acercado el mundo a aquellos países que han adoptado las nuevas tecnologías y han invertido en recursos humanos capacitados.

 Un ejemplo interesante es Oceanía, específicamente Australia y Nueva Zelanda, que están aún más aislados geográficamente que nosotros al ser islas. A pesar de esto, han logrado desarrollar sociedades y economías envidiables. Esto nos lleva a reflexionar sobre qué estrategias de desarrollo adoptaron, cómo planificaron su comercio y alianzas políticas, y cómo abordaron temas como la migración. Es importante estudiar estas experiencias para aprender y adaptarlas a nuestra realidad. La tecnología ha desafiado la percepción de distancia, haciendo que un empresario innovador en lugares remotos esté más conectado al mundo que uno en regiones más céntricas pero menos tecnológicamente avanzadas. 

La ciberseguridad es un ejemplo de cómo nuevas amenazas también han surgido con esta mayor conectividad. Entonces, la supuesta "maldición geográfica" está siendo cuestionada en la era de la tecnología y la globalización.

¿Por qué cree que el Puerto de Chancay lo construyeron en Perú y no en Chile?

Más que centrarnos en dónde invierten los chinos, debemos confiar en lo que hacemos con nuestros propios puertos. El foco debe estar en cómo planificamos nuestro desarrollo.

 En mi opinión, hay dos aspectos a considerar. En primer lugar, la concentración de recursos económicos, infraestructura y servicios en ciertas zonas de Chile, como el área comprendida entre San Felipe y Machalí, crea un desequilibrio territorial que necesita ser abordado. Yo propongo expandir estos núcleos vitales hacia los extremos del país, como Arica, Punta Arenas y Puerto Williams, para promover un desarrollo más equitativo. Este es un proceso que llevará tiempo y requiere una planificación cuidadosa, así como la creación de empleo y condiciones atractivas para los habitantes de estas regiones.

Además, debemos mejorar nuestras infraestructuras, especialmente en el ámbito portuario y ferroviario, para integrar mejor nuestro territorio y facilitar el comercio, no solo para nosotros, sino también como punto de conexión para el resto de Sudamérica. Reconstruir nuestra red ferroviaria, que alguna vez fue una de las más importantes de la región, no solo promoverá la conectividad y el desarrollo económico, sino que también será vital para la defensa y la movilización en caso de emergencia en nuestras fronteras. Es un proceso que requerirá una inversión significativa y un compromiso a largo plazo, pero que sin duda traerá grandes beneficios para el país.

¿Cree que falta una ley general de puerto y una política portuaria clara en Chile?

Falta una visión a largo plazo en nuestra agenda política. Estamos tan absorbidos por la contingencia diaria que los debates importantes se ven eclipsados por temas más urgentes y a menudo triviales. Es una falla de nuestras élites políticas y profesionales el no priorizar estas cuestiones que tienen beneficios universales a largo plazo.

 La falta de una Ley General de Puertos y una política portuaria clara refleja esta carencia de enfoque estratégico. Las inversiones en infraestructura portuaria son inversiones a largo plazo, y deberían estar al margen de los vaivenes políticos. Es fundamental establecer líneas de desarrollo que trasciendan los cambios de gobierno, garantizando la continuidad de los planes y las inversiones a lo largo del tiempo.

 Este enfoque es común en áreas como la Defensa Nacional, donde se planifica a largo plazo con evaluaciones periódicas y se busca neutralizar amenazas potenciales. El ciclo electoral a menudo es demasiado breve para abordar adecuadamente estos temas, lo que lleva a una discusión política más centrada en lo cotidiano y hasta en lo burdo.

¿El caso del "Rolex" en Perú podría tener repercusiones en Chile?

 El caso del "Rolex" en Perú es solo una manifestación de problemas más profundos en la sociedad y la política del país. Desde la caída de Fujimori, Perú ha enfrentado una serie de desafíos, incluida una cohesión social debilitada, en parte debido a su historia colonial y a la diversidad étnica que caracteriza al país. 

Esto ha llevado a tensiones sociales persistentes, que a menudo se manifiestan en formas como los recientes brotes de insurgencia en la región de la Araucanía en Chile. Sin embargo, la situación en Perú es aún más compleja, con una mayor presencia de población indígena y una economía informal significativamente más grande. La distancia entre las élites políticas y la mayoría de la población, así como la corrupción generalizada, han exacerbado estas tensiones.

 El caso del "Rolex" ha puesto de relieve estas divisiones y ha llevado a protestas y disturbios, lo que indica una cohesión social muy débil. En Chile, aunque enfrentamos desafíos similares, como la fragmentación política y los problemas de seguridad interna, es importante aprender de las experiencias de otros países y abordar estos problemas antes de que se intensifiquen.

¿Consideras que Chile es actualmente la puerta de entrada hacia Asia-Pacífico desde Latinoamérica?

La puerta del Pacífico está dividida entre varios puertos importantes en América Latina, desde Manzanillo en México hasta Buenaventura en Colombia, y por supuesto, los puertos chilenos como Valparaíso, San Antonio y San Vicente, que juegan un papel crucial en esta red de transporte marítimo. 

Cualquier alteración en uno de estos puertos puede tener un impacto significativo en los demás. Por eso, creo que lo más importante es que cada país se enfoque en ordenar su propia casa. En lugar de mirar por la ventana y preocuparnos por lo que hacen nuestros vecinos, deberíamos concentrarnos en mejorar nuestras propias condiciones para que nuestro desarrollo tenga un impacto positivo en toda la región.