Columna de Opinión

Desafíos logísticos y la urgencia de la digitalización

Doris Silva, presidenta de Winlog.

Doris Silva, presidenta de Winlog (Agrupación de Mujeres en la Logística y el Comercio Exterior), analizó y comentó la importancia de la digitalización en la industria. 

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La logística, columna vertebral del comercio global, está atravesando una transformación profunda y acelerada. Las crecientes complejidades en las cadenas de suministro y las altas expectativas de los clientes han evidenciado las limitaciones de los sistemas tradicionales. Factores como la crisis global de contenedores, la volatilidad del comercio internacional, los cambios regulatorios, las disrupciones climáticas y los conflictos geopolíticos han convertido la gestión logística en un desafío crítico. En este contexto, la digitalización no es un lujo ni una opción, sino un requisito esencial para la supervivencia y el crecimiento de las empresas del sector.

Uno de los principales retos actuales es la falta de visibilidad y trazabilidad en las operaciones. La dependencia de procesos manuales, planillas excel y sistemas desactualizados que no se comunican entre sí genera ineficiencias, retrasos y costos innecesarios, afectando la experiencia del cliente.

Ante este panorama, la digitalización emerge como la clave para superar estos obstáculos. La integración de tecnologías como la automatización, el Internet de las Cosas (IoT), la Inteligencia Artificial (IA) y la analítica avanzada no solo representa una ventaja competitiva, sino un factor de supervivencia. Estas herramientas permiten conectar cada eslabón de la cadena de suministro, integrar datos desde el origen hasta el destino final y monitorear las operaciones en tiempo real, facilitando una toma de decisiones ágil y efectiva. Sin datos en tiempo real ni procesos conectados, es imposible gestionar proactivamente los flujos logísticos, anticipar disrupciones o reaccionar con rapidez ante imprevistos.

La reciente crisis del transporte internacional ha puesto en evidencia la fragilidad de las cadenas de suministro tradicionales. La escasez de contenedores, la saturación portuaria y el aumento de los costos logísticos han afectado gravemente a muchas empresas. La solución no pasa solo por encontrar rutas alternativas o renegociar contratos con proveedores, sino por apostar por la digitalización: herramientas predictivas, automatización de procesos, planificación optimizada de inventarios y reducción de la dependencia de rutas congestionadas. La tecnología permite mejorar la eficiencia operativa, reducir costos y aumentar la sostenibilidad.

La sostenibilidad es otro factor clave que impulsa la transformación digital. La presión para reducir la huella de carbono exige a las empresas logísticas adoptar soluciones innovadoras. Estrategias como la optimización de rutas mediante algoritmos avanzados, el uso de energías renovables y la implementación de vehículos eléctricos solo pueden ser efectivas con un soporte tecnológico adecuado. Sin digitalización, alcanzar estos objetivos es prácticamente imposible.

El auge del comercio electrónico ha acelerado aún más esta necesidad de transformación digital. Los consumidores exigen entregas rápidas, precisas y con información en tiempo real sobre sus pedidos. Las empresas que no se adapten a esta nueva dinámica perderán competitividad frente a aquellas que han incorporado tecnologías avanzadas en sus operaciones.

A pesar de los beneficios evidentes, la resistencia al cambio sigue siendo un obstáculo. Algunas empresas perciben la digitalización como un proceso costoso o complejo, sin considerar que el verdadero riesgo es no innovar. En un mundo donde la velocidad y la transparencia son esenciales para la competitividad, aquellas organizaciones que no adopten tecnologías digitales quedarán rezagadas. El costo de no digitalizarse es significativamente mayor que el de la transformación.

La transformación digital en la logística no es un proyecto a futuro, sino una necesidad inminente. La logística del mañana será aquella que logre integrar tecnología, talento y sostenibilidad, convirtiendo desafíos en oportunidades y fortaleciendo cadenas de valor más ágiles, eficientes y resilientes. La digitalización no solo optimiza procesos, sino que redefine la manera en que operamos, nos conectamos y competimos en un entorno globalizado.

El momento de actuar es ahora. Adaptarse al cambio ya no es una opción, sino una obligación para garantizar competitividad y crecimiento en un mercado en constante evolución. Las empresas que comprendan esta urgencia y tomen acción serán las que lideren la logística del futuro.