Chile es líder regional en la ratificación del Tratado de Alta Mar
"El comercio marítimo, que ya tiene regulaciones que incluyen la protección ambiental, no es uno de los factores de mayor presión a la biodiversidad marina, por lo que ambas dimensiones pueden coexistir y fortalecerse mutuamente", señaló el Jefe División Medio Ambiente, Cambio Climático y Océanos del MINREL.
El pasado 20 de febrero, Chile marcó un hito histórico al convertirse en el primer país de América Latina y el Caribe en ratificar el "Acuerdo para la Conservación y el Uso Sostenible de la Diversidad Biológica más allá de las Áreas de Jurisdicción Nacional" (Acuerdo BBNJ), también conocido como el Tratado de Alta Mar. Esta ratificación representa un paso crucial hacia la protección de la biodiversidad marina a nivel global.
El Acuerdo BBNJ, una vez en vigor, establecerá un marco legal para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad en alta mar, un área que está más allá de la jurisdicción nacional de cualquier país. Hasta ahora, no existía un acuerdo multilateral dedicado específicamente a este propósito, lo que hace que esta ratificación sea de suma importancia, especialmente para países con extensas áreas marinas como Chile.
Julio Cordano, Jefe División Medio Ambiente, Cambio Climático y Océanos del Ministerio de Relaciones Exteriores, destacó los beneficios que este tratado traerá para el país. Además de promover la conservación de los ecosistemas marinos, el acuerdo también garantiza un reparto equitativo de los beneficios derivados del uso sostenible del material genético obtenido en alta mar, lo que beneficiará especialmente a países en desarrollo como Chile. Asimismo, el tratado incluye disposiciones para la creación de capacidades y la transferencia de tecnología marina, lo que podría impulsar la investigación científica y la conexión del país con el conocimiento global en estas áreas.
Una propuesta adicional presentada por Chile es la de convertir a Valparaíso en la sede de la Secretaría del Acuerdo BBNJ. Si esta gestión resulta exitosa, el país podría convertirse en un centro neurálgico para las actividades relacionadas con la conservación marina, lo que generaría beneficios adicionales tanto en términos de investigación como de colaboración internacional, explicó Cordano.
En cuanto al impacto en el comercio marítimo, Cordano señaló que el Acuerdo BBNJ no tiene mandatos específicos para regular esta área, ya que otros acuerdos multilaterales tienen una mayor relevancia en este aspecto. Sin embargo, destacó que el comercio marítimo, que ya está sujeto a regulaciones ambientales, no representa una de las mayores presiones sobre la biodiversidad marina, lo que sugiere que ambas dimensiones pueden coexistir y fortalecerse mutuamente.
Con la ratificación de este tratado, Chile se posiciona como un líder regional en la protección de los océanos y la biodiversidad marina, sentando un precedente importante para la cooperación internacional en la conservación de los recursos marinos a nivel global.