Entrevista

Ramón Espejo: “Creo que la Ventanilla Única Marítima le va a cambiar la vida a los usuarios”

Ramón Espejo, representante de Anagena en Folovap y Colsa.

El representante de la Asociación Nacional de Agentes de Aduana (Anagena) en el Foro Logístico de Valparaíso y la Comunidad Logística San Antonio conversó con Agenda Marítima sobre la transición del papel a la digitalización y los desafíos de la ampliación portuaria en estas materias.

Reducción en los tiempos de operación, bajos costos, una gestión mucho más eficiente de los recursos, mayor control sobre las operaciones, prevención de fraudes y un aumento en la competitividad haciendo puertos más rápidos, confiables y seguros, son algunas de las ventajas de la transformación digital portuaria. No es un tema de fácil ejecución. Múltiples factores aparecen en esta implementación como la inversión que se requiere y los costos económicos que siempre conlleva la implementación de tecnologías avanzadas.

Además, exige un cambio cultural, quizás lo más complicado, toda vez que los empleados se deben adaptar a los nuevos tiempos en un proceso que puede ser lento. Otro factor determinante es la integración de los sistemas lo que requiere una rigurosa planificación y ejecución.

Una de las herramientas más importantes en la logística portuaria es el Port Community System (PCS), una plataforma digital que fue diseñada para hacer más fácil y eficiente el intercambio de información para la coordinación entre los distintos actores que participan en la industria portuaria. De esta manera, es posible mejorar la eficiencia y la gestión de la cadena de suministro mediante la centralización y estandarización de la información que llega a los puertos.

El agente de aduanas y representante de Anagena en Folovap y Colsa, Ramón Espejo, conversó con Agenda Marítima sobre los desafíos que debieron enfrentar en este proceso de digitalización que los llevó desde los papeleos a los trámites en línea, la importancia de la implementación de los PCS y Ventanilla Única Marítima, la búsqueda de la eficiencia y competitividad, y cómo las ampliaciones portuarias impactarán en las operaciones aduaneras.

¿Cómo han enfrentado los cambios que se han presentado en la tramitación aduanera en esta etapa de digitalización de procesos?

La implementación de los cambios ha sido bastante positiva. Nuestro país fue pionero en la gestión del trámite anticipado porque hay que recordar que durante la pandemia esta situación de trabajar de manera virtual permitió acelerar los procesos y generar las instancias para que, con todas las limitaciones de desplazamiento, no afectara el comercio exterior y el país siguiera funcionando normalmente.

En ese período se trabajó con normas excepcionales para poder dar una mayor agilidad y eficiencia. Evidentemente que se avanzó un mundo en la facilitación y en la gestión electrónica de toda la gama de operaciones que se realizan de comercio exterior, poniendo la voluntad no solamente los usuarios privados y públicos para poder lograr un objetivo común, sino que también se sentaron las bases para poder ir avanzando en forma permanente hacia lograr poder utilizar todos los mecanismos que en este momento nos permite la tecnología para hacer esas gestiones en forma remota y de manera más rápida y eficiente. Todo esto permitió generar una infraestructura para mantener en el tiempo el funcionamiento de la cadena logística del comercio exterior chileno.

En ese sentido, ¿qué le parecen las implementaciones de los Port Community System en los puertos y la Ventanilla Única Marítima?

Creo que desde que se han ido implementando las comunidades logísticas, que están trabajando en forma mancomunada para desarrollar, mantener y proyectar en el tiempo el funcionamiento de los Port Community System, es vital la integración público-privada que viene trabajando y gestionando a través de herramientas tecnológicas para lograr que cada uno de los puertos en donde se implementa, pueda generar las instancias de acuerdo a la realidad de cada puerto para que las operaciones marítimas se realicen con trazabilidad, certeza, fluidez, rapidez y eficiencia.

¿Cómo fue este paso de los antiguos trámites aduaneros que se realizaban con papel y haciendo largas filas, a estos nuevos procesos digitales?

Ha sido un proceso bien paulatino, pero evidentemente todo cambió del cielo a la tierra. Antes, una operación que se tenía que presentar documentalmente en la mañana se hacía con papel para todos los documentos de respaldo, te notificabas y en la tarde recién sabías si tu documento estaba bueno o malo. Si estaba bueno recién a esa hora se podía ir a pagar un documento aduanero que genera el pago de tributos o impuestos y proceder a retirar la carga.

En este momento, la gestión electrónica es prácticamente automática. Mandas al despacho e inmediatamente está numerado. Ahora, evidentemente que suceden en el tiempo algunas contingencias de que se caen los sistemas, que hay demora o atochamiento, pero si lo comparamos esto cambió del cielo a la tierra. Si un despacho sale rechazado te indican el motivo, lo corriges y lo vuelves a pasar en el sistema que funciona las 24 horas del día.

Respecto a la Ventanilla Única Marítima, le va a cambiar la vida a los usuarios y agentes de nave respecto a cómo hacer las gestiones ante Aduanas y los otros servicios, de manera tal de pasar los papeles, la presentación de los documentos que se tienen que presentar como el manifiesto de carga o los listados de tripulantes en forma electrónica. De todas maneras, la aduana y los servicios siguen teniendo la potestad que en caso que tengan alguna duda, ir y verificar físicamente la veracidad de los antecedentes aportados, pero electrónicamente eso fluye con mucha mayor rapidez. El avance visto con la Ventanilla Única Marítima ha sido muy bien recibido por los actores que participan en el día a día de estas operaciones.

¿Cómo enfrentan ustedes todos estos cambios en términos de eficiencia y competitividad?

Es muy interesante porque todo se hace mucho más eficiente, mucho más competitivo. Antes, para hacer cualquier gestión se tenía que escribir una carta, ahora todo es electrónico y, de paso, hace un poco más pareja la cancha porque iguala a los actores más pequeños con los más grandes que cuentan con mayor capacidad de personal. Ahora, las acciones de comercio exterior evidentemente que han ido cambiando y han ido evolucionando para poder hacerlas cada vez más rápido. En lo que estamos teniendo problemas es que nos estamos quedando chicos con nuestros puertos, puntualmente Valparaíso que no ha tenido su desarrollo del termina 2, por lo tanto, tiene limitado su accionar mirando el futuro.

Recuerda que el 95% de nuestro intercambio comercial se hace a través de la vía marítima, por lo tanto, es vital mantener esos niveles de competitividad y capacidad para que cuando lleguen las naves sean atendidas lo más eficientemente posible, es decir, un barco llega y no se mantiene a la gira, ingresa inmediatamente al puerto, el puerto tiene áreas de respaldo, se pueden bajar inmediatamente los contenedores, empezar la gestión para poderlos entregar. Eso necesita que los puertos tengan las capacidades y la infraestructura para poder realizar todas estas operaciones porque, por ejemplo, San Antonio es una ciudad que mueve casi el 70% del comercio exterior de la macrozona centro. En Valparaíso nos pasa lo mismo, necesitamos puertos. Lo que, por una parte genera agilidad y eficiencia de costos, se ve impactado negativamente al generar congestiones en los puertos por la necesidad que tienen de crecer.

En ese sentido, ¿es preocupante lo que pasa en Valparaíso con el atraso del proyecto de ampliación portuaria?

Sí, es preocupante y es un gran desafío que tenemos, no solamente como comunidad logística, no solamente como puertos, sino que como ciudad. Valparaíso necesita poder materializar el denominado T2, que le pueda permitir tener una ampliación adicional a la capacidad de movimiento de carga, pasar de un millón a los dos millones porque eso le significaría a Valparaíso generar un impulso adicional. Recuerda que el último estudio que se realizó determinó que la actividad portuaria genera alrededor de 18.000 empleos y eso, con el desarrollo de esta segunda etapa de ampliación, podría generar, en primera instancia, casi 2 mil puestos de trabajo más.

En base a todo lo que ha comentado, ¿cómo visualiza el sector aduanero en los próximos diez años?

Quiero mirarlo de manera muy positiva. Sabemos que el comercio exterior chileno se ha ido consolidando, ha ido avanzando. Sabemos que se abren nuevas expectativas de poder materializar estos famosos corredores bioceánicos que le permitirían a nuestros puertos tener una capacidad adicional de carga, que permitirían ayudar no solamente a la gestión de nuestro país, sino que, a nuestros países vecinos, para poder sacar esas mercancías de manera más competitiva y en menos tiempo al mercado internacional.

Creo que una vez que se vayan regulando las variables, Chile debiera convertirse nuevamente en un impulsor y desarrollar su comercio exterior, como ha sido su vocación prácticamente en estos últimos 30 años. Creo que eso ha cambiado la figura del país y es una de las maneras más importantes y relevantes de poder lograr ciertas balanzas comerciales favorables y darle a la ciudadanía un bienestar, un nivel y un estándar de vida muy similar a lo que viven en cualquier otra parte del mundo. Nuestro país ha sabido generar acuerdos comerciales, vinculaciones favorables con otros países y, por lo tanto, todas esas ventajas hay que aprovecharlas y, sin duda, creo que los próximos 10 años van a ser más relevantes aún.